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No puedo morir

 

No puedo morir.

He tratado, créeme, con los métodos de un cobarde suicida, con las técnicas complejas del artista, por años y años perdido en la desesperación. ¿Sabes lo que es atravesarse el vientre?, ¿sabes lo que se siente arrancarse las entrañas?, ¿sabes?, ¡¿lo sabes?!

 

Me desgarré las muñecas hasta quedar pálido, degollé mi garganta hasta ahogarme en sangre, exprimí mi corazón, aplasté mi cráneo; traté con venenos, traté con animales, traté con demonios; y al final sabes qué, ¡¿sabes qué?!

 

No, tú no sabes nada, yo tampoco lo sabía, a donde fuera creían que estaba loco; doctores, científicos y religiosos; y cuando les mostraba la verdad, eran ellos quienes enloquecían.

 

Entonces, después de tantas muertes pero ninguna la mía, por fin lo descubrí. Es hermosa la poesía, ¿no crees?, bellísima para los corazones vivos; pero para los muertos, o los que no podemos morir, la poesía es revelación.

 

Porque el amor no termina, el amor es eterno, el amor mantiene al alma viva. Mi corazón alguna vez sintió amor, y fue ese amor quien me pidió morir cuando terminó; pero morir por amor es imposible, y mientras el amor siga fuerte, el corazón seguirá latiendo, aunque esté en mi mano.

 

Jajaja, jajajaja, JAJAJAJAJA; ¿quién puede morir por amor?, si por amor se vive. Pero tú qué sabes, no sabes nada, ¡NADA!. Tú me mantienes vivo, porque sigo vivo en tu corazón; así como tú sigues viva, porque yo jamás te he olvidado.

 

He tratado de morir tantas veces, y tú me sigues recordando.

 

Ven, ayúdame a terminar esta pesadilla, fundámonos en el infierno del olvido; que yo sigo vivo en tus recuerdos, y tú sigues viva en los míos. Ven, abrázame una última vez, y despídete conmigo, porque muere el que es olvidado.

 

Muere el que no es amado, y vive quien por amor es recordado.

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