top of page

Un Sueño Perfecto

 

Vivo un sueño.

Cada mañana, cada noche; cada ocaso y en cada amanecer. Y la razón de mi alegría eres tú.

 

Desde que vivimos juntos y desde que te conocí; el verte cada amanecer al abrir los ojos, y despedirme de los mismos cuando dulcemente los sello con mis labios.

 

Hemos compartido la vida desde ya hace un par de años, y cada día sigue brillando como si fuera el primero: tu sonrisa no ha sucumbido a mis corajes, tu rostro sigue reluciente y tu piel suave, tus manos aún cubren las mías y sus labios todavía poseen aquel dulce sabor del durazno.

 

Todo cada día es perfecto… demasiado perfecto.

 

Cuando llueve en mis días, tú sonríes; cuando el llanto o la ira me dominan, tú sonríes; cuando desesperadamente anhelo que llores conmigo, tú sonríes. Siempre sonríes. Se que tu sonrisa se debe a tu anhelo de compartir la alegría conmigo, y disipar las nubes que me acechan; pero a veces me pregunto: ¿Qué es lo que sientes?, ¿no lloras como yo?, ¿no gritas como los demás?, ¿no hay algo que nuble tu juicio?… para poder ser yo quien te de una sonrisa.

 

No me malinterpretes, agradezco tu sonrisa; me libera de mis pesares y dolores, y me enseña la alegría que siempre está detrás de las nubes; pero quisiera yo también despejar tus cielos y mostrarte el sol, tal como tú haces conmigo.

 

———-

 

Hoy lo he decidido y lo he hecho, hoy he intentado hacerte enojar.

 

Perdóname mi amor, de verdad que lo siento; y deberías odiarme por ello, pero después de lo que he visto estoy seguro que no conoces el odio.

 

Te he culpado de todos mis males, de cada problema en mi vida, de cada nube en mi cielo; pero tu reacción es la misma: una dulce y hermosa sonrisa. Te he amenazado, e incluso te he levantado la mano; pero tu rostro sin reacción me ha paralizado, e incluso espantado. Tu sonrisa perfecta no sucumbió a mi ira… y más aún, después de ello, aplacaste mi alma.

 

Eres perfecta mi amor, simplemente perfecta… y eso me asusta.

 

———-

 

Hoy tuve un sueño horrible, quizá la más terrible pesadilla de mi vida: soñé que morías en mis brazos.

 

Pude sentirlo, fue tan real; sentí tu respiración apagarse, tus manos desvanecerse, tus ojos perdiendo su brillo, tu sonrisa… desapareciendo. Cada segundo de la terrible escena lo pude sentir en mi alma, y por un momento pude sentir como tu alma se escapaba de mi vida… pero todo fue un sueño.

 

¿Y entonces por qué desde ese sueño te veo, y no siento tu alma?

 

Vi tu sonrisa, y contemplé tus ojos…y para mí, aún ahora, están vacíos.

 

———-

 

Creo que estoy perdiendo la cordura.

 

Amor mío, no tienes idea del sufrimiento que se apodera de mí cuando te observo. Te amo con todo mi corazón, y en ningún momento lo he dudado; pero desde aquellos sueños ya no siento tus abrazos, ni tus miradas, ni tus besos. Tu sonrisa ya no me inspira alegría, sino temor; y cuando te acercas corre por mi cuerpo un escalofrío helado como la muerte misma.

 

No dudo de nuestro amor, porque mi corazón aún me dice que te amo… pero también me dice que no estás aquí.

 

———-

 

Hoy ha sucedido algo, o al menos sucedió en mi mente: Hoy tus palabras despertaron en mi algo más que duda o temor… fue tristeza.

 

Te inclinaste en mi espalda y me cubriste con tus brazos, y antes de retirarte bruscamente me susurraste al oído un “Te amo, y siempre te amaré”. No se si es el temor que siento en tu presencia, o el amor que lucha por no morir, pero aquellas últimas palabras, aquel “siempre te amaré” brotó en mi las lágrimas, mismas que ya había sentido recorrer mis mejillas.

 

Amor mío, te veo, se que estás aquí… pero por alguna razón, siento que ya te he perdido.

 

———-

 

Eres perfecta mi amor, tan perfecta como el mismo Dios que alaba el cristiano, o la misma pintura que sueña el artista; pero después de estos días el temor puede más que el amor que te profeso.

 

Tu sonrisa es maravillosa, y tan impecable como lo es una fotografía de la misma… pero al igual que la fotografía, es inmóvil, inerte, fría. Cada parte de ti me parece más estática que las mismas rocas, por eso amor mío, mañana mismo o en unos segundos, me he determinado a mover tu mundo, y quizá así, a despertar el mío.

 

———-

 

Hoy me he quedado paralizado ante tu respuesta. Había pensado realizar hasta lo impensable por alterar aquella estática sonrisa, pero tu respuesta ante mi primera y única pregunta fue más que suficiente para hacerme entender esta realidad: Te he preguntado mirándote a los ojos, ¿dónde estabas?; y tú, con tu sonrisa perfecta y tus ojos vacíos, como si por primera vez fueras tú y no existieras, me contestaste: ”siempre estoy contigo”.

 

———-

 

Te he vuelto a soñar.

 

Pero esta vez, estoy seguro que este sueño es más realidad que tú mi vida, porque esta vez el sueño despertó tu recuerdo.

 

Nuevamente te he visto morir, dar un último suspiro en mis brazos, susurrar un “Siempre te amaré” justo antes de cerrar aquellos hermosos ojos para siempre, y perder mi cordura al final.

 

Por primera vez estoy seguro de tu existencia, y ahora comprendo tu sonrisa estática y eterna, así como el hecho de que estás aquí y no estás, porque siempre estás conmigo.

 

Estoy seguro más que nunca, que te amo…

 

Y siempre te amé.

 

———-

 

Amada mía, hoy te he visto por última vez.

 

Hoy me acerqué a tu hermosa sonrisa, contemplé tus ojos brillantes y vacíos, surqué tu figura con mis manos, y besé por última vez aquellos tus suaves labios. Hoy me he despedido en tus oídos: “Te extraño mi vida, y… te amo… siempre te amaré”.

 

Hoy he visto desaparecer mi mundo, porque hoy recuerdo que siempre te he amado.

 

———-

 

Quería ver tus ojos otra vez, solo una vez más; pero hace tiempo que tus ojos se extinguieron, y su recuerdo… mis sueños, es lo único que me quedaba. Y por ello estaba dispuesto a volverme uno con mis recuerdos, porque se que aún vivías en ellos… y yo quería vivir contigo.

 

Pero olvidé que seguías siendo un recuerdo, y por más feliz que fuera por estar a tu lado, no eras tú a quien amaba. Eras una fotografía estática e inerte, cuyo amor emanaba de mí al ver tu imagen, y no de ti, que ya habías partido de este mundo.

 

Te amo mi vida, y tu recuerdo permanecerá conmigo cada vez que cierre los ojos…pero tu recuerdo me traerá alegrías pasadas, no las hará nuevas.

Descansa amor mío… te veré otra vez, en mis sueños.

bottom of page