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Análisis "Elizabeth"

  • Foto del escritor: Fernando Castillo
    Fernando Castillo
  • 28 nov 2016
  • 6 Min. de lectura


Una nueva obra ha llegado a nuestras manos, de la pluma del escritor independiente, miembro de la AIEI, Johnny The Hunter. Una novela que bien puede ser autoconclusiva o primera parte de una saga, según la intención futura del autor, y que de cualquier manera satisface a los amantes del género.


Para empezar, estamos ante una novela del Género Thriller, clásico de los asesinos y psicópatas, vertiente del suspense y el detectivesco. Esta obra es atractiva para los amantes de crímenes sin resolver, y competencias psicológicas entre el progatonista y el enemigo, aunque con un toque especial. Elizabeth es algo original dentro de su género. Existen obras similares, lo admitimos, pero es raro encontrar este tipo de tramas en la literatura.


Es aquí donde comenzamos con una advertencia: Esto no es una reseña, no es una recomendación, ni mucho menos un insulto; es un ANÁLISIS a profundidad, investigación de la técnica literaria del autor y su obra; por lo que advertimos, encontrará muchos SPOILERS. Si no ha leído esta obra y piensa hacerlo, favor de abstenerse a continuar; si no piensa buscarla, no sea tonto y amplíe su biblioteca con esta obra, no se arrepentirá; pero si ya leyó sus letras, y quiere aprender a danzar la pluma como el autor, acompáñenos en este estudio, junto con un aplauso bien merecido.


  • Narrativa (Trama y Argumento)


Abrimos con lo que mencionamos en párrafos anteriores: El Argumento. Elizabeth es una obra de amplia originalidad, pues estamos ante un Thriller donde la historia se centra en el Antagonista. No es un Antihéroe, nada más lejos de la realidad; siempre estamos en el hombro de la psicótica Elizabeth, asesina despiadada, una mente que sería la envidia de los más grandes genios, y una creatividad que estremece por su dedicación en el secuestro y la tortura.


Todo inicia con un prominente parlamentario inglés, Gerard Brown, quien es atraído por una muy atractiva mujer, Brigitte, quien termina secuestrándolo para su disfrute en la búsqueda de un esclavo. La descriptiva de la tortura, tanto física como psicológica, son sublimes, y pasa saliva al lector, en especial en las escenas de violación.


Más temprano que tarde nos damos cuenta de que en realidad nos encontramos ante Elizabeth, mente siniestra y enfermiza, quien ha consumado un gran número de secuestros y asesinatos, todos sin dar la cara; sin embargo, con la presencia de Gerard, todo cambia para ella; la importancia del parlamentario es tal que su secuestro inunda las noticias en todos los medios, y Elizabeth, embriagada por la fama indirecta, decide trabajar en secuestros más relevantes, jugando con la policía, en especial con el detective Moles, en un juego de persecución, cuentas regresivas, falsos suicidios, cualquier cosa para mantenerse en la primera plana.


Pero al contrario de lo habitual, la historia no se centra en el detective, y el protagonismo se distribuye entre Gerard y Elizabeth, la víctima y el antagonista. El seguimiento del cautiverio es la principal trama, y la evolución de Elizabeth, así como de otros personajes de los cuales hablaremos en la siguiente sección, le dan interés a la historia.


Ahora seamos críticos. El tema y el argumento son excelentes, la idea bastante original dentro del género, una joya en términos protagónicos; pero una cosa es la imagen general, y otra el paso a paso.


La trama es muy buena, aunque es rebasada por el argumento. Las múltiples historias girando en torno a Elizabeth apenas si son notorias, casi inexistentes, y sólo resaltan el mismo Gerard, junto con el detective Moles, el cual aunque en descripción abarca la mitad de la obra, en interés se queda muy atrás. Se nota el particular favoritismo del autor en personajes, algo de lo que hablaremos ahora mismo.


  • Personajes (Personalidad, Evolución, Empatía y Coherencia)


Por el lado positivo, el autor sabe definir muy bien a sus personajes, la personalidad de cada uno es inconfundible, quizá el atributo más grande de toda la novela. La psicopatía de Elizabeth, la inteligencia de Gerard, la buena intención de Moles, el servilismo de Dominique; centrado en todo ser cercano a los secuestros. Resaltamos el caso de otro personaje muy importante: Brigitte, la cara contraria de Elizabeth.

Brigitte y Elizabeth son la misma persona, dos almas en un cuerpo, caso de múltiple personalidad. La técnica de Doppelganger está muy bien aplicada en dos personalidades completamente contrarias entre sí. Logras sentir el amor e inocencia de Brigitte, contrastando con el sadismo de Elizabeth; y la historia de ambas nos conmovió como pocas obras.


Sin embargo, Brigitte también es un punto negativo. Una lástima que una personalidad tan brillante, que pudo aportar tanto a la historia, prácticamente es inexistente durante más de la mitad del libro, y sólo aparece para dar un cierre (parcial).


Y esto nos da la entrada a la siguiente parte del análisis, la evolución. Dos casos son los que resaltan: El amor entre Gerard y Brigitte, y la decepción de Dominique.


La confusión de Gerard al entrar en contacto con Brigitte es un punto que nos encantó, y el romance que crece con la personalidad contraria de Elizabeth (no es Mal de Estocolmo, lo deja muy en claro), es una de las historias que le dieron sazón a la trama general; una luz en medio de la locura. La evolución de la relación avanza rápido, pero apropiado, y las descripciones son exactas, de un sentimiento de culpa y vergüenza, a un genuino interés mutuo.


Dominique, el mayordomo / sicario / capataz / verdugo / mano derecha de Elizabeth, también es uno de los personajes más coloridos de la novela. Su entera devoción por su dueña nos estremeció, y aunque al inicio su papel es meramente de apoyo, evoluciona hasta alcanzar un grado protagónico, cuando comienza a tomar independencia en sus acciones, para frustración de Elizabeth. Sin duda uno de los esbirros más emblemáticos que hemos encontrado en el género, y quizá un referente a futuro.


La empatía que logra alcanzar el autor con sus personajes es sublime, y sentimos la desesperación, el dolor, la humillación y la esperanza en cada uno de ellos; incluso sentimos la ansiedad de Elizabeth al ver sus planes cumplirse paso a paso. La Coherencia también es un punto a favor, pues en ningún momento alguno de los personajes salió de su papel, todos perfectamente alineados para placer del lector.


El único problema fuerte que vimos en el desarrollo de personajes, fue el inspector Moles. Su personalidad, dedicación, empatía y coherencia fueron perfectos; pero su evolución, no con él mismo, sino con la historia, fueron una tremenda decepción. Una lástima que un personaje tan referido y centralizado en la trama, tuviera que retirarse de una forma tan espontánea e injusta. Nos importa poco o nada si el autor quería acabar con él, pero al menos pudo haber ampliado un poco, y no dejarlo para menos de un capítulo, como mero personaje de trasfondo.


  • Redacción


Sin embargo, el problema más fuerte de toda la novela, fue la redacción. La descriptiva emocional es bella, sublime incluso, y nos hizo fruncir el ceño (y otras partes) en ciertas situaciones, lo cual fue perfecto para adentrarnos en la historia; pero no pudimos evitar ser arrancados en cada capítulo por problemas de redacción que rompían con la imagen.


Los problemas menores: Acentos diacríticos por doquier, en interrogativos, conjunciones, preposiciones, por todos lados; pequeños ortográficos, dedazos, y cambios en el punto de vista del narrador que no coincidían con el diálogo.


El problema en serio grave: Incongruencias en tiempos verbales, uno de los espectros acosadores de los escritores independientes. Esto sirve tanto de análisis y aprendizaje para el lector, EL TIEMPO VERBAL SIEMPRE DEBE SER EL MISMO EN TODA LA OBRA, si escribes en pasado, manejas pretérito y copretérito, si estás en el presente, no sales de presentes e infinitivos; pero jamás, jamás, jamás combines distintos tiempos, a menos que la posición del narrador cambie.


Entendemos la falta de revisores y editores, pero a este caso le urge. Una lástima, pues la trama es increíble y los personajes excelentes, pero preferiría una segunda edición con todas las correcciones necesarias.


En resumen, Elizabeth es una obra original del género Thriller, con una red de personajes memorables y bien definidos, excelente coherencia narrativa, un argumento épico y una trama finamente enlazada; pero que sufre de los problemas de “primera obra de un independiente”, corregibles en ediciones posteriores. Un recomendado de este insulso analista, y obligado en la biblioteca de los amantes del suspense y la psicosis.


 
 
 

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