Análisis "Linderiun Tesarien Racem, La Invasión de los Sombríos"

Pocas cosas hay que disfrutemos más, que encontrar, leer, respirar, sentir una genuina historia fantástica; y debemos agregar que es un sentimiento poco frecuente, pues dentro del mundo literario, más hablando de los independientes y novel, casi no encontramos obras de Alta Fantasía.

Fue por esto nuestra grata sorpresa, al encontrar entre los compañeros de la AEI, a un escritor con el alza de las bases Tolkianas, tomando gran parte de su bestiario y técnica, en una nueva historia que sabía desde el principio me apasionaría. Pero no malentienda, querido lector, que los análisis deben ser objetivos y faltos de frentes; y así como lo he hecho en otros análisis, este no será la excepción. Veremos lo bueno, veremos lo malo, veremos lo incluso inenarrable (literal) de esta obra que se merece un exhaustivo vistazo y deshilado, para que pueda comprender su verdadera esencia.

“Linderiun Tesarien Racem, La Invasión de los Sombríos” de Jordi Villalobos, es un título de Alta Fantasía, con traza de Romance y Acción, y un ligero sazón de Suspense. Su narración lineal y prosa concisa es perfecta para lectores ocurrentes, con una doble trama oculta en una técnica de Montaje/FlashBack a capítulos alternados, siendo (y aquí es predicción), la primera historia del primer libro, y la segunda de la trama completa.

La historia en sí fue difícil de interpretar, y es que en apariencia, comenzamos por el final. No es el final de la trama, pero es el final al cual estamos acostumbrados, siendo todo un “después del felices para siempre”. Los Orcos y los Humanos se han enfrentado en guerras por generaciones, y al fin, después de una aplastante victoria del Reino Orco sobre la capital Humana, se acuerda una paz sellada por el matrimonio arreglado de los dos príncipes.

Hasta aquí vemos un clásico final de Fantasía Heroica, muy al estilo de los cuentos artúricos o las epopeyas griegas, dejando al lector inventar el pasado a este “felices para siempre”; sin embargo, más pronto que tarde, se revela la intención de este lazo, y lo que sería la trama central de toda la historia.

Antes de continuar, procederé con el habitual y obligado: ALERTA DE SPOILER. Si no ha leído esta bella obra, absténgase de continuar el artículo hasta que la termine, y después acompáñenos a deshilar su técnica.

El universo de la saga está repleto de distintas razas, y no son los Orcos la verdadera amenaza. Una tercera, los Sombríos, especie de Elfos con la maldad impresa en su genética (sí, cliché), amenazan conquistar toda Frienia; y a diferencia de los Orcos, ellos no buscan la paz, sino la sumisión total y el poder absoluto.

Nuestro personaje principal, la bella princesa Orco Lirieth, ha propuesto el matrimonio con el joven príncipe Humano Syriel, con el fin de unir ambos ejércitos contra la poderosa fuerza enemiga de los Sombríos. El nuevo matrimonio con el fin de prepararse para la inminente guerra, se dirige al hogar de los Dragones con la intención de “reclutarlos”, y así llevar ventaja a sus rivales, los cuales también tienen los mismos planes. A partir de aquí nos adentramos a la historia, una trama llena de intriga, emoción, aventura, y mucho, pero mucho romance, pues lo que debía ser un matrimonio arreglado, termina transformándose (o siempre lo fue así) en un genuino amor de llama candente.

Ahora que presentamos la historia base, prosigamos con el análisis, y veamos cuáles son los puntos a favor y en contra de tan bella obra, y puerta de entrada a una saga fantástica.

• Narrativa (Trama y Argumento)

Y justamente abrimos con su punto más fuerte, la Trama. De todo lo que pudimos contemplar de la novela, fue la base lo que más brillaba; la historia de dos jóvenes príncipes enamorados, más por su corazón que por su compromiso, enfrentándose a un sinfín de desventuras con tal de proteger a sus Reinos, entró con fuerza en nuestra cerrada mente de analista. Debemos admitir que al inicio tirábamos a la obra de “Idealista”, pues parecía que todo le salía bien a los príncipes, y ningún enemigo les podría hacer frente; cuán más equivocados estábamos al terminar la primera parte, siendo toda esa actitud positiva destruida en escasas escenas de acción. La terrible enemiga Elenir demostró no solo su astucia, sino su crueldad acrecentando conforme avanzábamos, transformando el “todo sale bien”, en un “todo sale mal” para la mitad del libro.

Después vendrían el secuestro y la guerra, siendo ambas partes un mar de suspense y acción; y aunque la historia base se había vuelto ligeramente lineal y predecible, no dejábamos de sentirnos preocupados por los inevitables giros (y un bastante conveniente Deus Ex Machina) que encontrábamos repentinamente.

Además, y como ya habíamos mencionado al inicio, esta historia contiene Doble Trama. La historia de la guerra entre la Alianza y los Sombríos se podría tomar como “presente”, pero es la trama “pasada” la que nos causó más intriga y ansiedad. La historia de las Gemas de Alma, los Corazones de Dragón, y las Siete Razas de Frienia nos dejó entrever un atisbo del centro de toda la Saga, que esperamos se entrelace con la guerra, pues hasta ahora no se encuentra relación fuera de los fragmentos de la armadura, los que “convenientemente” porta el príncipe Syriel.

Ahora seamos un poco más quisquillosos, y exploremos la estructura de esta Trama.

Una ventaja de las historias lineales es la facilidad para mantener la congruencia de la narración, y en este caso no es excepción. Toda la historia está tan finamente hilada que es imposible perderse en la lectura. La alternancia de tramas con la técnica de Montaje resulta un beneficio, incluso un descanso para la lluvia de acción, y lejos de confundir, le da congruencia al relato.

Pero aquí también tocamos la primera parte negativa. Los tiempos de acción. Es difícil no notar la predilección del autor, tanto en descriptivas, como en tiempo de prosa. El fino detalle que le da a los paisajes, las construcciones, y las emociones de los protagonistas; se ve contrapuesto por las escenas dinámicas, las cuáles son meras “sugerencias”, quizá por el estilo de la Alta Fantasía, quizá por el gusto del autor en centrarse al aspecto de belleza. Es fácil comparar el tamaño de párrafos dedicados a las sensaciones y descripciones, con las batallas cruentas y planes de batalla, los cuales solo salen a relucir su bien planteada estrategia hasta el instante de la guerra.

Otro punto de análisis son los giros de trama, los cuales, aunque fueron un disfrute que nos permitió ver que no todo era predecible, llega un momento en que incluso fueron fáciles de detectar. Nos encantó la batalla contra los Enanos traidores y la Serpiente Kasariviel (la cual agradecemos su contrahistoria en la Trama secundaria), pero las traiciones, la muerte de un Rey, y los planes de Elenir se vuelven algo esperado. Cuando los giros son habituales, pierden su espontaneidad. Aunado a esto, la aparición de los Gigantes termina pecando de un muy predecible y nada favorable Deus Ex Machina, quizá uno de los más grandes que hemos visto en la Alta Fantasía (aunque nada le gana a las Águilas de Gandalf).

Pero quizá el problema más grande que tuvo la novela, tanto con Trama como en Argumento, fue el final. El tiempo/palabra dedicado a la revelación de la Reina y Elenir sobre el Pacto de Sangre fue tan corto, que lo que debió ser un goce revelador, terminó con una muerte agridulce de un antagonista que pudo haber dado más, y no solo un cliché (lo veremos más adelante). Este punto merecía una expansión, un brote de emociones, no de explicaciones, que revelaran el sentir y vivir de ese instante preciso; y al final nos respondieron mil preguntas, sin la sensación de que las respuestas fueran en verdad importantes.

Resumen: Una excelente doble trama, con un exquisito enlace argumental, que sobreexplota los giros y no es capaz de cerrar.

• Personajes (Personalidad, Evolución, Empatía y Coherencia)

Otro punto fuerte de análisis de la obra son sus personajes.

Perfectamente delimitados por sus rasgos raciales de personalidad, se puede diferenciar con facilidad la actitud y motivaciones de cada personaje en la historia, sean principales o secundarios. Los humanos con su valentía, los elfos sabios y soberbios, los orcos instintivos, los enanos egoístas, los gigantes benévolos y los sombríos malvados; aunque todo pueda caer en un cliché clásico de la Alta Fantasía, no es así por la premisa primera de la historia, la princesa Orco.

De todos los personajes quien más nos llamó la atención fue Lirieth, la noble princesa que desposa al príncipe Humano, y quien es el ejemplo perfecto del protagonista femenino de Alta Fantasía. Muchos dirán que es imposible que un Orco pueda llegar a ser amable, a grado casi angelical, pero aquí vemos el que quizá sea el único caso en toda la literatura de un Orco no solo “bueno”, sino ridículamente noble a extremo. Todo en cuanto a la personalidad y actitud de Lirieth es por el bien de los suyos, de su noble príncipe, y de toda la alianza. Se sacrifica a sí misma, siempre al frente de la batalla, una excelente hechicera, con un corazón brillante y dulce. Simplemente es Perfecta; incluso su terrible secreto revelado al final revela que es más perfecta que el mismísimo paraíso cristiano. No encontramos, por más que intentamos, un toque realista de personalidad en toda su faceta, y nos fue imposible sacar una sombra, por más minúscula o insignificante que fuese, en toda su gloriosa luz. Agradecemos la “incongruencia” bestial entre la raza y la princesa, cosa que no hace más que acrecentar en el final donde se revela su verdadero origen (aún más oscuro); pero es algo que no terminamos tragar.

Otro personaje que encaja demasiado bien en su papel, es la antagonista principal, Elenir. La princesa Sombría, dirigente del ejército y mente del enemigo, es alguien de cuidado en toda la historia. Al principio nos da una falsa sensación de ser un “mal” enemigo, alguien que siempre termina cometiendo algún error y, por ende, fracasa en sus planes; pero al poco tiempo nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos, al colocarse al frente de la tropa, y manipulando todo suceso a conveniencia, siempre un paso adelante de los protagonistas. En personalidad nuevamente nos quedamos trabados en la clásica imagen del villano: es cruel, inhumana, despiadada, sádica, avara, astuta, y con un predecible fracaso al final. No es un punto negativo, cumple perfectamente su papel, llegando a una inmersión de odio sublime; pero si algo hay que criticar, es su final; Elenir era un personaje que hubiera dado un gran trasfondo, una trama inclusive, y su partida tan repentina de la historia nos dejó (irónicamente) con un sentimiento de vacío. Simplemente, un personaje que pudo haber dado más.

Y este es el verdadero problema: No hay evolución de los personajes principales. Syriel, Lirieth y Elenir no evolucionan, no aprenden, no crecen, no hay camino del héroe; pero algo irónico es que todos los personajes a su alrededor sí que evolucionan; como es de esperar, la alianza de Orcos y Humanos es frágil, y varios personajes de secundarios sufren al inicio por el estigma y tabú; pero con el pasar de la trama se descubren amistades y aficiones, sobre todo en Turgarok, hermanastro de la princesa, y quizá de todos el personaje acompañante más interesante tanto por habilidad como por personalidad. También encontramos al Mediano Bellamir, cuya relación con la princesa es quizá la más fuerte evolución de la historia, de una desconfianza por un pasado misterioso, hasta una amistad y veneración mutuas.

Resumiendo hasta ahora, vemos personalidades fuertemente definidas, pero una evolución mal distribuida; sin embargo, encontramos un punto dominante sobre estos dos: La Empatía. Hay escritores que dominan la evolución de los personajes como nadie, pero a pocos lectores les importa esto si no son capaces de causar una inmersión en la historia, y esta obra lo consigue a la perfección.

La Empatía con los personajes se consigue al revelar sus emociones, y empatarlas con el lector; y la técnica que logra esto en la novela presente es “Amor”. El Romance entre Lirieth y Syriel es la parte más inmersiva de la historia, centrando todo acto heroico o giro desesperanzador en la relación entre Orco y Humano, y llevando paso a paso la relación que, aunque naciera como un compromiso acordado, termina siendo un genuino romance.

Otro punto a favor es la coherencia de los personajes, algo que va de la mano con la Trama. En ningún instante se pierde el lazo entre las acciones y la personalidad, siendo las frustraciones ligadas a las derrotas, los besos al amor, las sonrisas maliciosas a planes ocultos, todo perfectamente congruente.

Al final terminamos por admirar a los personajes tan finamente limitados, congruentes, y empáticos; pero hace falta más trabajo en la evolución.

• Redacción

Dejando el aspecto narrativo de lado, nos movemos al punto técnico. Muchas obras decentes en fantasía suelen ser horrores de redacción (Luna de Plutón, cof cof); y entre los novel o independientes, por razones de editorial, es raro encontrar obras sin errores; pero esta obra se encuentra entre las contadas excepciones.

La prosa de Jordi Villalobos es suave, pero llena de descriptiva; quizá en algunos puntos sea exagerada, pero apropiada para el estilo de Alta Fantasía. Además, las palabras llevan un ritmo oculto, ausente de cacofonías que hacen de la lectura un proceso cómodo. Salvo por un muy específico acento diacrítico, la obra es un trabajo impecable de gramática y sintaxis, aunque no sabemos si agradecer al mismo autor, o a un trabajo de revisión y corrección posterior.

Con esto terminamos el análisis exhaustivo de la obra Linderiun Tesarien Racem, La Invasión de los Sombríos; entrada de una saga que esperamos con ansiedad su continuación. La Trama secundaria y el final (aunque injusto) lleno de intriga, revelan un gran futuro para una historia épica de Alta Fantasía, que esperamos retome algunos puntos de la primera (definición de personajes, argumento coherente, empatía y redacción impecable), y mejore otros (evolución de personajes, y sobre-explotación de giros); ya veremos lo que el autor tiene preparado para nosotros.