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¿Qué es el DRM?


  • ¿Qué es el DRM?


Pocas cosas son tan polémicas en el mundo del artista como el DRM y, sin embargo, es un término aún desconocido por la mayoría. Es vital para todos los creadores de contenido electrónico, lo cual incluye escritores, músicos, ilustradores y cineastas principalmente; en todas sus vertientes actuales como blogueros, youtubers, digitales, etc.


Nominalmente, DRM significa Gestión de Derechos Digitales (en inglés), aunque sería más apropiado llamarlo “Limitante” en lugar de Gestión. Engloba a todas las técnicas, sea desde hardware o código, que limitan la distribución de contenido digital en la red, con tal de proteger los derechos de autor. Para hacerlo más entendible, el lector no puede compartir un libro electrónico libremente, pues el archivo está oculto; no eres capaz de pasar tu canción favorita a un amigo desde tu cuenta de Spotify, pues la plataforma no lo permite; o no tienes permitido prestar una película en Netflix a un familiar. Estas técnicas de “protección” como el archivo oculto, el uso de software específico, o el bloqueo fuera de las plataformas, son solo algunas de los cientos de caras del DRM.


Pero el DRM conlleva un problema, pues en realidad no se centra en los derechos de autor. El objetivo no es evitar que otros copien tu obra con su nombre, sino controlar la distribución del arte. El control es tan fuerte, que incluso ha logrado rebasar al mercado físico, siendo más fácil conseguir y compartir obras de mano en mano, que en la red; esto ha ocasionado un fuerte debate que continúa hoy en día, y los efectos del excesivo control ya se sienten desde hace un par de años, atentando contra el derecho universal del acceso a la cultura, y frenando el avance de las nuevas tecnologías como el eBook; así como ha forzado la aparición de nuevos mecanismos, como el sistema por Streaming.


  • Ventajas y Desventajas del DRM


El DRM se originó como un mecanismo de protección ante la descontrolada duplicación y distribución de material en los primeros días del internet, por consiguiente, el uso de DRM permite al artista un mayor control de la distribución de su obra, asegurándose que nadie sea capaz de copiarla, o incluso obtenerla sin haber pasado por sus ojos.


Regresemos al ejemplo del libro electrónico. Cuando un lector compra un eBook en Amazon, y lo descarga, el material solo está disponible en su cuenta, y en los dispositivos asociados, pero no es capaz de “prestar” el libro a un amigo, aun cuando este tenga el mismo software; esto es porque el libro es un archivo oculto, y el programa no posee un buscador como tal, así que no es posible extraer el libro y pasarlo libremente, como sería el caso en un PDF o un documento de Word.


Con esto tenemos claras las ventajas y desventajas del DRM. Por una parte, el DRM nos permite controlar la distribución de la obra, simulando la protección de los derechos de autor; sin embargo, esto limita considerablemente el acceso a las creaciones artísticas.


Véase el problema actual del libro electrónico: El eBook ha tenido un arranque difícil, y a pesar de su amplia aceptación en el mercado internacional, aún se resiste su ingreso en países en vías de desarrollo y menores, como lo es Latinoamérica; e incluso, se prefiere conseguir obras libres en internet como lo son los archivos en PDF, que los formatos eBook, tanto por su costo, como por la libertad de distribución.


Además, existe otro problema incluso más grave, la victimización del receptor. Al cerrar toda forma de distribución ajena a las plataformas encargadas, se da por sentado que los lectores son ladrones de información. El DRM considera el simple hecho de “compartir” información como una actividad prohibida desde su concepción, bloqueando el libre acceso a la cultura, y tratando a todo cliente, actual o futuro, como un sujeto bajo investigación constante. En términos simples, el lector tiene prohibido compartir el arte.


Al final hay que recordar, que el DRM no es un mecanismo de protección de derechos de autor en realidad, sino un control de distribución.


  • La Piratería y el DRM


Uno pensaría que con un sistema DRM, los problemas de piratería se habrían solucionado; sin embargo, esto no es ni cercanamente cierto. El DRM ha dificultado el acceso tradicional a las obras digitales, incentivando a la copia y distribución sin permiso del autor; y como estos sistemas en realidad no protegen la autoría, el DRM no ha tenido un efecto real sobre la piratería.


Para proteger los derechos de autor, sin perjudicar la distribución de una obra, existen hoy en día varios mecanismos ajenos al DRM original, principalmente los Metadatos y las Marcas de Agua. Estas herramientas han logrado un mayor avance combatiendo la piratería digital, que el DRM en sí.


Además, la misma creación de tecnologías que nacieron para contrarrestar el DRM han sido más eficaces combatiendo la piratería; muestra de ello es el Streaming en la música y las películas. Las plataformas como iTunes, Spotify, Netflix, e incluso Youtube, han permitido una mayor accesibilidad a las obras, alejando a los espectadores y oyentes de las copias pirata, física y digitalmente, mientras los productores de arte continúan recibiendo ganancias.


Con esto podemos deducir, que es la accesibilidad al arte lo que dicta la fuerza de la piratería. Mientras más fácil es obtener una obra de forma correcta, menor necesidad hay de recurrir a las copias pirata; por lo que el DRM, en lugar de ayudar, termina perjudicando.

  • El futuro del DRM y los derechos digitales


Actualmente, el mundo digital comienza a darse cuenta del error del DRM. En la música y el cine, la aparición de plataformas como las que mencionamos antes, lograron frenar la piratería, y asegurar un acceso simplificado a los receptores, aunque aún siguen manteniendo un DRM básico con las obras ligadas a cuentas.


Sin embargo, el mundo del libro electrónico es diferente, y es quizá el que más ha sufrido en el tema. Hoy en día han aparecido plataformas que han decidido retirar por completo el DRM, usando en cambio mecanismos como los Metadatos y las Marcas de Agua para rastrear o proteger las obras; sitios como Lektu sobresalen en el tema, así como los últimos cambios en plataformas ya establecidas, como Amazon, que ha decidido dar la opción a sus escritores de publicar con o sin DRM.


Cuando un libro se publica sin DRM, el archivo es visible, y se comparte como cualquier otro archivo convencional; pero el nombre del autor continúa escondido en los metadatos, por lo que es prácticamente imposible robar la obra.


Al mismo tiempo, el sistema de Streaming comienza a mostrarse en el libro electrónico, lo cual, combinado con otras técnicas como la Impresión Bajo Pedido, o el Audiolibro, le están devolviendo la fuerza al mercado literario en el mundo digital.


La tendencia no se equivoca, fue la tardanza en dejar el sistema DRM lo que atrasó al libro electrónico en comparación con la música y el cine en redes, y el futuro apunta a un mundo artístico sin limitaciones, y mayor accesibilidad.


  • El debate: Publicar con o sin DRM


Con esto podemos comenzar el debate, aunque el futuro avanza a un mundo sin DRM; sin embargo, varios artistas aún prefieren mantener un control estricto sobre sus obras, asegurando que, si posees un libro electrónico, es porque lo compraste, y no porque te lo compartieron. Al final es una balanza entre las ganancias monetarias, y los lectores.


Por eso te pido, amigo artista, creador de contenido digital, ¿qué prefieres?: Publicar tus obras con un estricto DRM, manteniendo el ojo puesto sobre cada venta, siendo cada lector un obligado comprador; o renunciar al DRM, asegurando la mayor cantidad de lectores, confiando en su disfrute y recomendación.


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